martes, 2 de septiembre de 2008

Camisas teñidas - Violenta Catarsis

Estoy seguro de que los odiaba a todos, no cabía duda de aquello.
Siempre con gesto gentil e inocente, no obstante cometió aquel atroz, desgarrador y masivo... en fin.
Cuando veía él sus caras, sus caras con acento malévolo que incitaba al desorden y al dolor, y a los constantes golpecitos con papeles abollados, trataba de calmarse apaciguando su hambre (tanto como por necesidad, como si también quisiese calmar su hambre vengativo que en unas horas se apoderaría de él).
Ellos señalaban con sus dedos, como si apuntasen a una casa de juguetes bélicos, ansiosos por apretar todos los gatillos, hasta que finalmente los percutores se accionaron, generándose así la explosión y el estallido de la cordura del muchacho.
Realmente me tomó por sorpresa el sonido de la presencia de líquidos cuando abrí con rigor la puerta del salón, sin saber, desconociendo lo que se aproximaba y lo que presenciaba.
También me perturbó la imagen imponente. Ya 3 centímetros de sangre llegaban a mis talones, y él mirándome con su coágulo en el ojo (por el esfuerzo sobre-exigido de la tarea que llevó a cabo)
Entonces fue cuando sin saber, y sin reaccionar se me aproximó y el blanco de mi camisa se tornó a un rojo espeso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno, soy julián.
el autor del blog(?)
y sinceramente este escrito
me parece asqueroso
MALÍSIMO, muy pete, horrendo, espantoso, flojo, tonto, aburrido, predecible. y un gran etc de sinónimos.

y me quiero ir a dormir.
chau (:

trudy dijo...

No puedo creer la increíble cantidad de coincidencias que hay entre tus escritos y los míos..