jueves, 13 de agosto de 2009

Escritos Antiguos:

Eco:
la reflexión del sonido en mi cuarto ya no tiene lugar, ya no resuena el eco en mis paredes.
las maderas opacas de la habitación, ahora sufren la metamorfosis por la presencia de tu ser, mutando a cristalinos espejos que reflejan tu luz, encendiendo y llenando cada parte de mi alma. antes podía escuchar mi voz decir con intensidad, directamente proporcional a los deseos y anhelos de sentirme pleno, 'cómo es que alguien puede estar solo?', multiplicándose en varias voces que a medida que transcurrían, perdían fuerza.. y ahora no hablo, ahora te beso, ahora mi voz, es mi cuerpo, y con él, danzo al compás de tu sonrisa.

Indiferencia:
El iris casi decolorándose y diluyéndose, se escapa resbaladizo por mi mejilla.
Mis ojos grises dejan de ver, y me siento desnudo y desprotegido aun con pijama.
Ya no veo el verde en el jardín.
El cigarrillo apoyado en el centro del cenicero, se inclina hacia atrás, a medida que se consume, y vuelve a apoyarse en la hendidura.
El humo volátil acaricia el parlante, y las ondas de sonido lo soplan con fuerza para volverse ahora parte del aire.
La ceniza se hace mayor, y el cigarrillo sigue inclinándose, y cae, ahora diminuto en el suelo, quemando mis desnudos pies. Sigo perplejo; ya nada (me) importa.

Cual maniquíes:
me gustaría ser de plástico. pintado como un muñeco y asexuado, con vos del mismo lado del cristal.
cual maniquíes en una tienda.
miraría con dolor cuando te coloquen la ropa y los brazos se te salgan
pero cuando se apaguen las luces, te haría mía.
ambos cuerpos nuestros paralizados y limitados de articulaciones, y aun así tan llenos de encanto.
que nos guarden en la misma caja a los dos, cuando se nos corroa la pintura, y el plástico se degrade… y que nos quemen, para arder juntos y transmutar en una masa uniforme que al endurecerse, se hace UNO.

martes, 17 de febrero de 2009

El antónimo de tu sonrisa.

Soy la tónica y la atónica al mismo tiempo.
Soy la nota que chifla.
Soy imperceptible, pero estoy ahí, molestándote y rasgando tus tímpanos.
Soy la carie, que muele tus dientes y no te deja dormir.
Soy la mosca que sobrevuela en tus comidas y aletea cerca de tus pestañas y oídos.
Soy la uña encarnada en tus pies.
Soy la parte meada de la pileta en la que nadas.
Soy el cuerpo extraño en tu ojo que no te deja parpadear.
Soy el acúfeno que chisporrotea y atrofia tu audición.
Soy la ladilla, soy la peste.
Soy la tiza chirriante que, ríspida y agobiante, es la causa de tus escalofríos.
Soy la polilla que convierte tu ropa en andrajos.
Soy el óxido en tus caros anillos.
Soy la película que más odias.
Soy la distracción cuando lees.
Soy el parlante que no funciona cuando escuchás tu música favorita.
Soy el clavo mal fijado que hace que tus cuadros se rompan.
Soy tus anginas.
Soy la astilla en tus dedos.
Soy la peor parte del día.
Soy la plata que no te aceptan cuando vas al mercado.
Soy el viento que sopla y desparrama el contenido de tu cenicero.
Soy la fecha de expiración en tus condimentos.
Soy la esquirla de tu vidrio roto.
Soy la bolsa tajeada de basura.
Soy tu llanto de la tarde por los domingos.

viernes, 5 de diciembre de 2008

¿te acordás cuando todo empezaba?

15 años se van rápido, eh.

martes, 2 de septiembre de 2008

Revelación

Inhalaba y exhalaba el humo, que a medida que se escapaba de su boca, se desdibujaba, se esparcía y desaparecía.
Era la luz de la luna que la alumbraba, a través del ventanal, se contrastaba de las demás personas en el cuarto, que se encontraba cubierto por un reflejo especial, el reflejo de sus ojos pardos.
Tan clara y suave se encontraba la noche parisina, que se sentían anhelos de empalagarse viendo estrellas, envolverse del viento, y conquistar el mundo, hasta que la vi a ella, y todo el universo, estrellas, y viento se redujo y se concentró a lo único a lo que mis ojos señalaban (y como si mi vista anulara y sacara de foco a todo lo que rodeaba a la mujer).
Un extraño vínculo nos unía, a través de aquella mirada cómplice.
Pero a medida que se acercaba hacia mí, con su paso enérgico pero a la vez sensual, comenzaba a difuminarse su figura, a desdibujarse como el humo que escapaba de su boca, que se esparcía y desaparecía.

Camisas teñidas - Violenta Catarsis

Estoy seguro de que los odiaba a todos, no cabía duda de aquello.
Siempre con gesto gentil e inocente, no obstante cometió aquel atroz, desgarrador y masivo... en fin.
Cuando veía él sus caras, sus caras con acento malévolo que incitaba al desorden y al dolor, y a los constantes golpecitos con papeles abollados, trataba de calmarse apaciguando su hambre (tanto como por necesidad, como si también quisiese calmar su hambre vengativo que en unas horas se apoderaría de él).
Ellos señalaban con sus dedos, como si apuntasen a una casa de juguetes bélicos, ansiosos por apretar todos los gatillos, hasta que finalmente los percutores se accionaron, generándose así la explosión y el estallido de la cordura del muchacho.
Realmente me tomó por sorpresa el sonido de la presencia de líquidos cuando abrí con rigor la puerta del salón, sin saber, desconociendo lo que se aproximaba y lo que presenciaba.
También me perturbó la imagen imponente. Ya 3 centímetros de sangre llegaban a mis talones, y él mirándome con su coágulo en el ojo (por el esfuerzo sobre-exigido de la tarea que llevó a cabo)
Entonces fue cuando sin saber, y sin reaccionar se me aproximó y el blanco de mi camisa se tornó a un rojo espeso.

sábado, 30 de agosto de 2008

12 años atras.


tenía 3 años, y era normal. :3