Eco:
la reflexión del sonido en mi cuarto ya no tiene lugar, ya no resuena el eco en mis paredes.
las maderas opacas de la habitación, ahora sufren la metamorfosis por la presencia de tu ser, mutando a cristalinos espejos que reflejan tu luz, encendiendo y llenando cada parte de mi alma. antes podía escuchar mi voz decir con intensidad, directamente proporcional a los deseos y anhelos de sentirme pleno, 'cómo es que alguien puede estar solo?', multiplicándose en varias voces que a medida que transcurrían, perdían fuerza.. y ahora no hablo, ahora te beso, ahora mi voz, es mi cuerpo, y con él, danzo al compás de tu sonrisa.
Indiferencia:
El iris casi decolorándose y diluyéndose, se escapa resbaladizo por mi mejilla.
Mis ojos grises dejan de ver, y me siento desnudo y desprotegido aun con pijama.
Ya no veo el verde en el jardín.
El cigarrillo apoyado en el centro del cenicero, se inclina hacia atrás, a medida que se consume, y vuelve a apoyarse en la hendidura.
El humo volátil acaricia el parlante, y las ondas de sonido lo soplan con fuerza para volverse ahora parte del aire.
La ceniza se hace mayor, y el cigarrillo sigue inclinándose, y cae, ahora diminuto en el suelo, quemando mis desnudos pies. Sigo perplejo; ya nada (me) importa.
Cual maniquíes:
me gustaría ser de plástico. pintado como un muñeco y asexuado, con vos del mismo lado del cristal.
cual maniquíes en una tienda.
miraría con dolor cuando te coloquen la ropa y los brazos se te salgan
pero cuando se apaguen las luces, te haría mía.
ambos cuerpos nuestros paralizados y limitados de articulaciones, y aun así tan llenos de encanto.
que nos guarden en la misma caja a los dos, cuando se nos corroa la pintura, y el plástico se degrade… y que nos quemen, para arder juntos y transmutar en una masa uniforme que al endurecerse, se hace UNO.