Inhalaba y exhalaba el humo, que a medida que se escapaba de su boca, se desdibujaba, se esparcía y desaparecía.
Era la luz de la luna que la alumbraba, a través del ventanal, se contrastaba de las demás personas en el cuarto, que se encontraba cubierto por un reflejo especial, el reflejo de sus ojos pardos.
Tan clara y suave se encontraba la noche parisina, que se sentían anhelos de empalagarse viendo estrellas, envolverse del viento, y conquistar el mundo, hasta que la vi a ella, y todo el universo, estrellas, y viento se redujo y se concentró a lo único a lo que mis ojos señalaban (y como si mi vista anulara y sacara de foco a todo lo que rodeaba a la mujer).
Un extraño vínculo nos unía, a través de aquella mirada cómplice.
Pero a medida que se acercaba hacia mí, con su paso enérgico pero a la vez sensual, comenzaba a difuminarse su figura, a desdibujarse como el humo que escapaba de su boca, que se esparcía y desaparecía.
Stupid spider
Hace 10 años.